2024-05-24

Conferencia "Evangelizar en el tiempo actual" – Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara

El Obispo de la Diócesis de la Santísima Encarnación y Gran Canciller de la Universidad Católica, Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara, abordó el tema “Evangelizar en el tiempo actual”, que desarrolló en la Iglesia “San Roque González de Santa Cruz”. Al inicio, aludió al cineasta Católico Juan Manuel Cotelo, para luego desarrollar su conferencia basado en documentos del Magisterio de la Iglesia, desde el Vaticano II hasta la actualidad, donde se plantean la misión de evangelizar de la Iglesia, enfocado a la nueva realidad que nos toca vivir. 
Comenzó diciendo que, se trata de evangelizar hoy y recordar a los Apóstoles, cuando Jesús se había despedido de ellos ‘Anuncien la buena noticia a toda la creación’, y cuando comenzaba Juan Manuel Cotelo, quien expresó, que ‘el mundo estaba plagado de malas noticias’, noticias que nos afectan, noticias que nos deprimen, que nos perturban. Y nos decía Cotelo, como comunicador ‘no podemos depender de los medios de comunicación, porque los medios prefieren transmitir las malas noticias antes que las buenas noticias’.
En ese contexto, Mons. Pistilli, subrayó “En la Bienal, espero que compartamos buenas noticias todos los días, pero también, como decía Cotelo, ‘no podemos ser tampoco ingenuos y pensar que todo es lindo, hermoso’.
A veces, se nos presentan situaciones, un poco de teatro en la vida real, cuando al cruzar la calle hay un drama, un grupo de personas afectados por la miseria, por la adicción o por la violencia y no podemos ir junto a ellos sencillamente con una sonrisa y decir, “Dios es amor”, aplaudir y bailar. No podemos ser ingenuos de pretender que todo es lindo, que todo es bello, que todo es color de rosa. Tenemos que saber que esa buena noticia es real, pero que también, esa buena noticia. Los Apóstoles la transmitieron en circunstancias difíciles, adversas, donde ellos mismos tuvieron que superar sus miedos. Decía también Cotelo en su video, que Jesús acababa de morir y los apóstoles todavía no entendían la resurrección, pero luego comprendieron y tuvieron que enfrentar el mundo y transmitir esa buena noticia.
“La buena noticia es que Dios nos ha salvado y reconciliado”
El Evangelio es eso, una buena noticia, que Dios nos ha salvado, nos ha reconciliado, en su encarnación, en su muerte y resurrección en Jesucristo. Esa es la buena noticia que, hasta hoy los cristianos, transmitimos y compartimos, pero que hay que hacerlas llegar a las personas reales. Es decir, no es un simple slogan que transmitimos, que ‘Jesucristo murió por vos, y tenés que estar contento’. No es un slogan, es una experiencia, es una convicción, es una certeza, es algo que tenemos que hacer y compartir desde la óptica de la autenticidad de quien lo ha comprendido y vivido. Y, que esa buena noticia es para todos ‘A toda la creación” dice la Escritura. No es sólo, contar a algunos quienes me van a entender, si no, es una buena noticia que hay que proclamar en todas partes y por eso, es para toda la humanidad.
El magisterio de la Iglesia sobre la nueva Evangelización
En el magisterio de la Iglesia, con el Vaticano II, con el documento Lumen Gentium; Gaudium et spes; Decreto Ad Gentes, Decreto para la Misión, Evangelii Nuntiandi (Papa Pablo VI) o de Juan Pablo II Catequesis Cadende, Novo Millennio Ineunte, Christifideles Laici, llegando hasta el Papa Francisco con el Evangelii Gaudium, en todos estos documentos hay mucho en común, porque todos plantean la misión de evangelizar de la Iglesia, mirando esta nueva realidad que nos toca vivir, esta nueva realidad donde la Iglesia ya no es una realidad intocable, que tiene la verdad y que todo el mundo dice que sí. En todos estos documentos la Iglesia ha reflexionado sobre eso, y no es sólo el Papa Francisco, quien habla de la ‘Iglesia en Salida’. Si leemos el Vaticano II en adelante hasta hoy, vemos que el Papa Francisco, basa ya su reflexión de la Iglesia desde que se realizó este gran Concilio del Vaticano II. En la Iglesia de Latinoamérica, la necesidad de evangelizar ha sido objeto muchas veces, en Medellín, en Puebla y en el Documento de Aparecida. También en estos documentos se puede percibir esa invitación del Vaticano II, de una Iglesia que debe cambiar de paradigma, donde ya no se habla de las misiones de la Iglesia, sino que se habla de una ‘Iglesia en Misión, en estado de Misión’. Ya no es, vamos a ir a misionar en alguna parte, sino comprender que la Iglesia permanece y vive en estado de Misión. Y la misión ¿cuál es? ‘anunciar la buena noticia a toda la creación, a todas partes, a toda la humanidad y en todos los tiempos’.
Hace falta volver a evangelizar
Un concepto de hace tiempo se maneja en la Iglesia es, la nueva evangelización. Al hablar de nueva evangelización, se puede decir que había una primera evangelización. También nosotros somos sujetos de una primera evangelización, hemos recibido el Evangelio alguna vez, hemos conocido el mensaje cristiano, conocido a Cristo, hemos sido bautizados y crecidos en la fe, pero hace falta volver a evangelizar, eso se escucha mucho en la Iglesia. San Juan Pablo II, decía que esta nueva Evangelización tiene que caracterizarse, no por un contenido nuevo, sino por un ardor, unos métodos y expresiones nuevos. Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre. No vamos a anunciar a un nuevo Jesucristo, anunciamos al único que hace más de 2000 años nació en Belén, hijo de la Virgen, creció como uno de nosotros, con un padre que lo adoptó, que predicó, que hizo muchas señales, que murió en la cruz y resucitó, ¿para qué?, para que seamos libres y abracemos este misterio de amor y la misericordia de Dios.
¿Qué es lo que cambia en esta nueva Evangelización?
Al respecto explicó el Sr. Obispo, no es el contenido, cambia el contexto donde anunciar el Evangelio, en medio de la guerra, de la pandemia, de la corrupción, en medio de los conflictos de la vida.
El mismo Papa Juan Pablo II, también habla de las nuevas pobrezas y si leemos en sentido transversal, el Papa Francisco habla de las periferias, que se refieren a pobrezas humanas, las miserias humanas, las miserias del alma y no solamente de las miserias económicas, sino de las miserias de la marginación, del abandono, temas que la Iglesia vuelve a rescatar en los documentos de Latinoamérica, una y otra vez. ¿Qué es lo que cambia en este nuevo tiempo?, que hay nuevas potencialidades que la humanidad tiene que aprender a usar, inteligencia artificial es un potencial, pero hay que aprender a usarla correctamente.
También meditamos sobre el Cuidado de la Creación, y vemos que debe darse un equilibrio entre generar bien común y al mismo tiempo preservar la creación, porque a veces el bien común que generamos puede ir en detrimento de la naturaleza. Cambia las circunstancias, pero el mensaje sigue siendo el mismo porque el mensaje de Jesucristo ¿es para quién?, es para el hombre, para la humanidad, para nosotros, para la comunidad. Ese es el mensaje y el destinatario del mensaje de Cristo, de que Dios ama a la humanidad y que encontremos el camino de la vida, el camino del amor, de la libertad. Nosotros somos los destinatarios. Somos nosotros los que escuchando la buena noticia tendríamos que tener la posibilidad de responder y cambiar en este nuevo contexto, hacer frente a esas nuevas pobrezas y también hacer mejor uso de las nuevas potencialidades que nos dan las nuevas tecnologías y las ciencias.
3 momentos importantes de la evangelización
En todo el magisterio de la Iglesia, se plantean desde el Vaticano II, 3 momentos importantes de la evangelización, San Juan Pablo II insistió mucho en uno, en una nueva catequesis y de allí surgieron nuevos movimientos impulsados por esto, y desarrollaron el Camino del Neocatecumenado, hay una sinergia en ese sentido en la Iglesia, la importancia de una nueva catequesis, de formar mejor a nuestros cristianos.           
Un segundo aspecto muy importante de la evangelización es, la comunidad cristiana. Si no hay comunidad cristiana, no evangelizamos en el verdadero sentido. Necesitamos ser parte de la comunidad, porque justamente el Evangelio no es individualista, el Evangelio es para que aprendamos a vivir como hermanos y en comunidad sostengamos la vida de la fe.
El tercer elemento que descubrimos de la evangelización desde El Vaticano II hasta hoy es, la atención preferencial de los pobres, la caridad. Entendiendo por pobres no solamente los pobres materiales, sino aquellos que están lastimados en su dignidad, en cualquier sentido.
La Iglesia en estado de misión, tiene que ser “presencia encarnada”
¿Qué nos dice la Iglesia al respecto?, que, para evangelizar hoy, la Iglesia en estado de misión, tiene que ser ‘presencia encarnada’, es decir, vivir lo que predica, compartir lo que predica, y ser presencia en el mundo, en la realidad, y allí dar testimonio de nuestra fe, y a pesar de las circunstancias sostenernos en la fe. Esa dimensión profética del anuncio del Evangelio. Ser profeta no significa pronosticar lo que va a pasar mañana. El profeta es el que ve la realidad de alguna manera con los ojos de Dios, que es capaz de decir por aquí vamos bien, por aquí nos vamos a equivocar, por aquí crece la humanidad, por aquí muere la humanidad, aquí está presente Dios, y aquí nos alejamos de Dios y ser también como dice el Concilio, ‘una Iglesia que dialoga con el mundo’.
“No se evangeliza con el miedo, con la desilusión ni con la confrontación” 
Tenemos que lograr y encontrar que ese diálogo sea abierto, positivo y fecundo. El Papa Francisco, hace énfasis en que ésta Iglesia en Misión o en Estado de Misión, tiene que compartir la alegría del Evangelio, es algo que debemos madurar en el corazón. No debemos reducir el Evangelio a una reprimenda moral, cuando que, si alguien se portó mal, son corruptos, son malos ‘le vamos a evangelizar’, detrás hay una actitud que no es buena, es como decir, “yo soy bueno y vos sos malo”. Y muchos están convencidos que es así. Con eso sólo estamos queriendo evangelizar más bien desde el miedo o con el poder, que ahora casi ya no tenemos. Muchos se encierran ante esta actitud por cansancio, porque ya no quieren hacer frente a la dificultad. No se evangeliza con la desilusión, ni con la confrontación, no se trata de que yo tenga la razón y vos estás equivocado, no se trata de eso la evangelización, la evangelización no es un garrote, sino, el evangelio que transmitimos es el amor de Dios, por eso el Papa insiste en la misericordia, desde la misericordia. Esa misericordia que se da en el encuentro, evangelizar en la vida diaria, en el encuentro con los demás, ser parte de esa humanidad y ser parte de esta dinámica de Dios que sale a nuestro encuentro y se hace como nosotros, porque quiso encontrarse con nosotros para hacernos entender su verdadero amor.       
Desde la alegría del Evangelio, desde una autenticidad, hay que estar convencido, vivirlo y compartir abiertamente con el mundo y no comenzar a levantar barreras de nuevo. La alegría se comparte, no debe ser solamente para uno, sino para todos. 

“El desafío de evangelizar hoy, invita a ser misericordiosos, a saber, encontrarnos con los demás, caminar juntos y ser concretos en el amor al prójimo”
Esa misión de llevar el Evangelio con alegría y en la alegría del Evangelio salir al encuentro con el mundo, hacia las ‘periferias existenciales’ (Papa Francisco). Decía el Papa Juan Pablo II, ‘hay que evangelizar a la misma Iglesia’, antes que salir a evangelizar a los otros, nosotros tenemos que volver a escuchar el Evangelio, que ese Evangelio vuelva a motivar a aquellos que están perseverando, pero que también vuelva a tocar a los que se alejaron de la Iglesia, porque también hay periferias eclesiales.
La Conversión Pastoral de la que habla la Iglesia para la Nueva Evangelización promueve que las comunidades cristianas sean centros que impulsen cada vez más el encuentro con Cristo, caminando juntos como Iglesia, que tenemos que unirnos en la caridad, tener interés y compromiso con toda la humanidad.
La actitud con la que queremos vivir este desafío de evangelizar hoy en día nos invita a ser misericordiosos, a saber, encontrarnos con los demás, a saber, caminar juntos y ser concretos en el amor al prójimo.
“Evangelizar la dignidad, el poder humano, el pensamiento, la vida en común, la convivencia y la fraternidad”
Qué contenidos o áreas podemos tocar que necesitan especialmente ser tocadas por el evangelio, hoy en día. Podemos decir en primer lugar, la dignidad de las personas, volver a recordar que cada hijo e hija de Dios es valioso en sí mismo y que esa dignidad es intocable, inviolable, que necesita ser protegida y valorada. Esa es el área que se debe evangelizar hoy en día. Hay que evangelizar la realidad social, política, cultural, tecnológica, científica, económica, hay que concretar la evangelización en esos espacios. Evangelizar también, el poder humano, el poder político, científico o cualquier tipo de poder. Hoy somos capaces de hacer cosas increíbles con el conocimiento humano y las tecnologías, pero, así como podemos hacer cosas buenas, podemos hacer cosas muy malas, es por ellos, que hay que evangelizar el uso de este poder que tenemos. Volver a ubicar al poder al servicio de la humanidad, y no la humanidad al servicio del poder.
Evangelizar el pensamiento, es decir, volver a pensar correctamente, porque a veces el pensamiento puede desgarrar, destruir al ser humano y a la comunidad con ideologías.
Y, sobre todo, evangelizar la vida en común, la convivencia y la fraternidad. Estos son los espacios que hay que evangelizar y los contenidos que tenemos que madurar.
El último Dicasterio para la Doctrina de la Fe ‘Dignitas Infinitas’, recuerda velar por la dignidad en todas sus dimensiones, del valor de la persona en sí misma, somos humano en dignidad (humana, moral, social).
“Abramos la Puerta de la Esperanza en nuestra Iglesia y para el país”.  
Evangelizar en este tiempo no es una herramienta para construir un mundo aparte, ni para doblegar las voluntades, sino el evangelio debe ayudarnos a hacernos realmente ser hijos de Dios que pueden ser responsables, que pueden vivir en libertad, que buscan y aman la comunidad, que tienen la caridad como fundamento de su convivencia y que cuidan de la integridad de los demás. Estas son las dimensiones en que la buena noticia tiene que ayudarnos para una nueva catequesis, para una nueva formación de cristianos responsables, que sepan responder por sus acciones, educar a cristianos que sepan vivir en comunidad, en libertad, que pongan en práctica la caridad verdadera, que vele por la integridad física, anímica, espiritual, moral, racional de todos los que somos humanos.
En el Centro de la Evangelización, está el encuentro con Cristo, que tiene que ser un encuentro personal, y al mismo tiempo, ser una comunidad que tiene a Cristo en el centro, esta nueva evangelización es nuestro desafío. Dejemos que crezca en nosotros esa actitud apostólica para anunciar el verdadero Evangelio de Cristo y con esto, abramos la Puerta de la Esperanza en nuestra Iglesia y para el país.”
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