En la Iglesia Santa Rosa se ofició la Santa Misa en Guaraní presidida por Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara, Obispo de la Diócesis de la Santísima Encarnación, y concelebrada por el P. Pedro Juan Peralta. La emotiva ceremonia que se celebró a las 06:00 del sábado 25 de mayo, como inicio al programa del “Día dedicado a las Familias”.
Mons. Pistilli, reflexionó sobre la lectura del santo evangelio según san Marcos 10,13-16,
en cuyo pasaje del Evangelio, Jesús dice a sus discípulos “Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.
El Obispo dijo “debemos ser como los niños y tener esa mirada de niños, porque en los ojos de los niños vemos el paraíso, es una búsqueda de estar con Dios. El deseo de acercarse al Señor
¿Qué hacen los niños con los abuelos? Quieren estar al lado de sus abuelos y sus abuelas, eso refleja la palabra de Jesús que dice: dejen que vengan conmigo, que estén a mi lado. En la fe esta expresión significa estar junto a Jesús, estar junto a Dios, venir y estar con Jesús, eso es también la fe. La fe es estar con Jesús.
En estos días de la Bienal hemos compartido tantas cosas hermosas donde se sintió ese fervor, ese entusiasmo, esa alegría de muchos que han participado de todas las cosas que venimos haciendo, con la ayuda también de muchas personas.
Ayer en la misa de la Parroquia Santa Cruz, con las reliquias de San Roque, nunca vi tanta devoción hacia el Santo, vi que tanta gente que se acercaba hasta la reliquia para estar junto al Santo. Y, no hace falta decir muchas cosas, porque en ese momento es lo que ocurre la bendición de Dios. Esa bendición es la que pedimos para todos nosotros y para nuestra Iglesia, que estemos junto a Dios, porque Dios está siempre junto a nosotros. No importa lo que pase, Dios está con nosotros. Por eso celebramos nuestra esperanza, y esa esperanza nunca va a ser defraudada. Esa esperanza nunca va a ser confundida, porque Dios permanece siempre y está siempre con sus hijos, y siempre deja que sus hijos vuelvan a su encuentro, que esos niños vuelvan a su regazo.
Dios nunca abandona a aquellos que ama y Dios nos ama a todos. Ese amor celebramos hoy, por eso, que el Señor limpie nuestros ojos para volver a mirar la vida, con esperanza. Que los problemas de la vida, no nos saquen la esperanza, sino que, con la ayuda de Dios miremos siempre con esa mirada de niños que esperan, en todo momento, en cualquier circunstancia, la bendición de Dios.
Cuando decimos que en los ojos de los niños vemos el paraíso podemos decir también que en los ojos de los niños vemos la esperanza de los que creen en el amor, y que ese amor nunca va a ser defraudado, porque Dios va a hacer cumplir siempre su promesa, de amar siempre a sus hijos.
